jueves, 2 de abril de 2009

.época de berenjenas


En mi viaje hacia el norte, además de mi aventura me quite la máscara y me dirigí hacia ti, aunque sabia que esto sería una cuestión que duraría de por vida. Pero lo que no sabia es que atravesaríamos el túnel hacia la luz. Y estoy tan triste, como un buen libro, que no puedo dejar este día atrás. Contigo es como salir del cuento de hadas.
Y las cosas que dijistes ese día... además de las 101 cosas. La niña ya estaba desehecha.
Traté de minimizarlo con una apuesta sobre nosotros, y la aceptaste mientras yo pudiera. Y ya no podía borrarla.

Ahora monto a caballo al costado del camino, cabalgue a lo largo del camino contigo y cabalgue al costado del camino antes de que me perdieras allí en campo abierto. Cabalgue antes de que la miel se disipara, tan disuelta... que para poder partir tu pan y tomar tu palabra, tuve que robarlo.
Podría escoger mantenerlo siempre que así lo sienta.
Así camino a nuevo méxico, algo sobre el camino me sorprendió, yo sabia que buscabas algo de sangre india, y encontré un poco de ti y un poco de mi, quizás nosotros estamos en este camino. Pero solamente somos impostores en este país, Vos sabes... Entonces avanzamos y convenimos que lo falsificaríamos. La piel oliva te queda mejor...

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